Aunque no sea un típico anochecer encendido de los oasis, este fue especial para mi, pues fue la primera vez que había visto llover en los aledaños del desierto. Acababa de llover y empezaba disiparse las últimas nubes del día. Al día siguiente en el Valle de las Momias y camino del Desierto Negro, volvió a llover
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